La Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz se fundó en Vitoria el 14 de febrero de 1950. El promotor y director fue el padre Ignacio María de Viana e Irimo, S. J., perteneciente al Centro de «los Luises» (Congregación Mariana de San Luis Gonzaga). La primera sede fue la Parroquia de San Vicente Mártir.
Nuestra finalidad era y es honrar a Jesucristo y a Nuestra Señora. La Cofradía también se responsabiliza de celebrar la procesión del Jueves Santo y de organizar el Pregón de la Semana Santa para toda la ciudad.
Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz nace como la sección de la Purísima dentro de la Cofradía de la Santísima Vera-Cruz de Vitoria, cuyas ordenanzas fueron firmadas por el Ayuntamiento de la Ciudad el 25 de septiembre de 1538.
-Naturaleza y fines de la Cofradía-¿Cuál es la sede actual de la Cofradía?-¿Qué implica ser cofrade?-¿Tienen tradición las procesiones de Jueves Santo
y Viernes Santo en Vitoria-Cofradías penitenciales en Vitoria
Naturaleza y fines de la Cofradía
Los estatutos de la Cofradía, que actualmente están en periodo de renovación, fueron aprobados el 14 de mayo de 1957 por Su Excelencia Reverentísima el Obispo Dr. D. Francisco Peralta Ballabriga. El capítulo I define la Naturaleza y fines de la Cofradía.
Artículo 1º. Desde su fundación, en el año 1950, esta Cofradía tiene por objeto conservar y defender su fe, fomentando, en sí y en otros, la piedad cristiana por medio del ferviente culto a Nuestra Señora de la Soledad, debiendo sus asociados, en todos sus actos dar prueba de amor y sumisión a la Santa Madre Iglesia.
Artículo 2. Tales fines se desarrollarán: a) Mediante la organización de los cultos y actos religiosos que se indicarán en estos estatutos, procurando fomentarlo en la Semana Santa y, de manera muy especial, la Procesión del Jueves Santo, que se viene conociendo por la denominación de «Procesión del Silencio».
b) Con la práctica de obras de beneficencia y socorro al desvalido, en la forma que también señalarán estos estatutos y pudieran aconsejar los acontecimientos o circunstancias posteriores a la aprobación de los mismos. Volver
¿Cuál es la sede actual de la Cofradía?
Como explica el sacerdote don Javier Illanas, fallecido consiliario emérito de nuestra Cofradía, en la Historia de la Parroquia de Nuestra Señora Madre de los Desamparados: «…al ir desapareciendo los Luises en Vitoria, la Junta rectora pidió auxilio a nuestra parroquia, que le proporcionó locales para reuniones y para guardar los Pasos, además de personal para portarlos y acompañarlos. Para primeros del año 1974 se estableció la Cofradía definitivamente en esta parroquia».
«Por ello, –añade don Javier– desde el Jueves Santo de 1974, la Procesión del Silencio partió de nuestro templo, haciendo un recorrido idéntico al de otros años por el centro de la ciudad». Volver
¿Qué implica ser cofrade?
Para ser cofrade de Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz, parece obvio decirlo, tienes que ser cristiano. No importa la edad que tengas ni ningún otro condicionante. La junta directiva te convocará a una serie de actos, como son las procesiones de Semana Santa, y te informará de otros aspectos de interés como pueden ser la celebración de las juntas generales o la comida de confraternidad. Inscríbete aquí. La cuota anual es actualmente de 12 euros. Volver
¿Tienen tradición las procesiones de
Jueves Santo y Viernes Santo en Vitoria?
Al menos desde el siglo XIII, en prácticamente toda la península Ibérica, se realizaban escenificaciones teatrales, durante el Jueves Santo y el Viernes Santo, como complemento a la lectura de los textos evangélicos.
Estas representaciones ilustraban los sermones de los clérigos. Su finalidad era, por lo tanto, didáctica. Se trataba de realizar una catequesis que pudiera entrar por los sentidos de los sencillos habitantes de pueblos y ciudades.
En algunos casos estas representaciones, que se realizaban en el interior de las iglesias, se habían convertido en juegos burlescos irreverentes y profanos. Para regular estas prácticas, en 1263, el rey Alfonso X de Castilla dicta una ley que recomienda la realización de representaciones que estimulen a obrar bien, muevan a la devoción y recuerden la memoria del pasado.
Estas representaciones se basarán en textos bíblicos: el lavatorio de los pies de los apóstoles, el camino hacia el Calvario, la crucifixión, la guarda del sepulcro por los soldados romanos… o incluso la creación del mundo y la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.
Este mismo rey, Alfonso X de Castilla, visitó Vitoria por primera vez siete años antes, en 1256. Entonces ordenó el segundo ensanche de la villa, con tres nuevas calles: la Cuchillería, la Pintorería y la Judería (actualmente Nueva Dentro). Esto nos permite presuponer que las representaciones de la Pasión en la Semana Santa de Vitoria se remontan al menos al siglo XIII.
Como señala Paloma Manzanos Arreal en su estudio sobre las ‘Manifestaciones religioso-festivas de las vecindades, gremios y cofradías en la Vitoria de la Edad Moderna’, las ordenanzas vecinales de 1483 establecían que los vecinos guardaran las fiestas que mandaba la Iglesia y la propia ciudad, impidiendo abrir las tiendas durante las mismas.
Las procesiones y rogativas eran frecuentes durante el año. Cualquier fenómeno adverso de la climatología daba lugar a una de estas ceremonias. El Ayuntamiento de Vitoria, durante los periodos de sequía, que ponían en peligro las cosechas y la salud pública de la ciudad, o cuando era asolada por epidemias, solía pedir a las cofradías que sacaran a sus santos en procesión para obtener su intercesión. Este fue el caso, entre otras, de la cofradía de la Vera-Cruz quien en sus ordenanzas ya contemplaba la obligación de hacer rogativas y procesiones en periodos de sequía y enfermedades.
La hermandad de sastrería y calcetería intervenía en las procesiones de la Semana Santa con un paso de su propiedad, el de la Última Cena. Este paso se guardaba durante todo el año en la Capilla de la Vera-Cruz de la iglesia de San Vicente, hasta su salida el Jueves Santo, durante la procesión de los disciplinantes de la Vera-Cruz. El cuidado del paso era una de las obligaciones que más interés parecía tener para los hermanos de la cofradía y hermandad de sastrería y calcetería. Los principales cargos de la hermandad tenían como cometido «su limpieza y aseo» y todos los viernes del año debían encenderle dos cirios.
El Jueves Santo, antes de la procesión, se adornaba el paso con cuatro velones de cera que el Ayuntamiento donaba cada año a todos los pasos que participaban en la procesión de la cofradía de la Vera-Cruz. Los hermanos que deseaban llevar sus propias antorchas tenían que acudir a la capilla media hora antes del comienzo de la procesión para que los veedores supieran cuantos hermanos iban a llevar las hachas de su propio bolsillo y quienes las de la hermandad.
En Semana Santa destacaban en Vitoria las procesiones de las cofradías de la Vera-Cruz y de la Misericordia, del Jueves Santo y el Viernes Santo. En ambas procesiones participaba, además de los propios hermanos cofrades, todo el vecindario de la ciudad. En las Ordenanzas de la Cofradía de la Vera-Cruz de Vitoria, del año 1538, se puede saber con más detalle cómo eran las procesiones de los disciplinantes del Jueves Santo y la del Viernes Santo.
La primera Procesión del Silencio organizada por nuestra Cofradía recorrió las calles de Vitoria el día de Jueves Santo, concretamente el 6 de abril de 1950.
Como se relata en la Historia de Álava, dirigida por Antonio Rivera, en la década de los 50 «el año estaba sazonado con festividades y actos religiosos –relanzados con renovada popularidad–, como podían ser la festividad de Las Candelas, el Corpus y su octava (con una procesión que recorría las calles de la ciudad vieja y que conservaba su trayecto, a pesar de las estrecheces de la vía, por la ‘fuerza obligada de la tradición’), la novena de la Purísima, la barroca Semana Santa, con su Viacrucis de Abechuco y la procesión silenciosa del jueves, las sabatinas…» Volver
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Cofradías penitenciales en Vitoria
Las fuentes documentales cuentan que la Semana Santa nació en Vitoria en el siglo XVI. El dominico Fray Tomás de Chaves funda la Cofradía de la Vera Cruz y la institución municipal de la época aprueba los estatutos de la Hermandad en el año 1538.
En aquellos tiempos la Semana Santa era una celebración religiosa que estaba muy arraigada en las creencias y la fe de los habitantes de Vitoria. Así, durante las procesiones, muchos conciudadanos se convertían en flagelantes y azotaban su cuerpo desnudo mientras sus hermanos portaban pasos con imágenes talladas en madera que representaban la pasión y muerte de Jesucristo. Con toda probabilidad el recorrido sería por el casco antiguo de la ciudad.
En el siglo XVI existían, según la documentación consultada por varios historiadores, treinta y dos cofradías. Como en la mayor parte de las provincias españolas, las cofradías las formaban los artesanos que se unían en gremios.
Al igual que en la Pasión castellana las cofradías se ocupaban de las honras fúnebres de sus cofrades. Se cuenta que la Vera-Cruz organizaba también los entierros de los reos que eran condenados a muerte.
Pero del esplendor de esta Semana Santa original poco queda en Vitoria, aunque las raíces serán siempre las raíces, la mayoría de las cofradías y procesiones se han ido perdiendo. En algunas cofradías, incluso se han planteado reducir el número de los grupos escultóricos por falta de cofrades.
Las cofradías de Vitoria –seis en la actualidad– descienden de las antiguas hermandades, aunque muchas de ellas han tenido que ser refundadas. Una de las hermandad con más solera es la Cofradía de la Cruz Enarbolada que se fundó en el año 1823. La Cruz Enarbolada actual, que abre la Procesión del Santo Entierro en Viernes Santo, es un regalo del Ayuntamiento de Vitoria. Está realizada en madera de chopo, hueca y forrada de cuero curtido. Salió en procesión por primera vez el 3 de abril de 1859.
La Cofradía más longeva de las actuales es la de Nuestra Señora de los Dolores, fundada en 1737, con sede en San Vicente. Junto con las demás Cofradías Penitenciales, celebra todos los años la novena a la Virgen Dolorosa que concluye el «Viernes de Dolores» (anterior al Domingo de Ramos) con la Procesión de la Virgen Dolorosa (recuperada el año 2012) por las calles más antiguas de la ciudad: Las Escuelas, Santa María y Fray Zacarías Martínez.
Vitoria también conserva otros tesoros como la Santa Espina de Berrosteguieta, custodiada en la Iglesia de Santa Eulalia desde 1555. Las Madres Dominicas veneran la reliquia del Lignum Crucis en el Convento de la Santa Cruz. Y destaca, El Cristo en la Piedra Fría (Jesús esperando la muerte), una talla flamenca de finales del siglo XV considerada por los expertos como una obra de gran valor artístico.
Además, el extraordinario escultor barroco Gregorio Fernández bien puedo ser el autor de La Flagelación, aunque otras fuentes atribuyen este conjunto escultural a Mauricio Valdivielso (1760-1822), conocido como el Santero de Payueta. También merece la pena destacar La Última Cena que se custodia en San Vicente. Este paso no sale en las procesiones desde hace muchos años debido a su frágil estado de conservación.
La cofradía más joven es la de Nuestro Señor con la Cruz a Cuestas que procesiona el paso del mismo nombre esculpido en 1926. Esta hermandad nació en 1965 por iniciativa de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San Viator. Después de doce años de vida cae en el olvido y es recuperada nuevamente en 1995 gracias al esfuerzo de don José Luis Fernández de Pinedo y la asociación de padres de alumnos de dicho centro. Volver